En marzo de 1626, se les da conocer a los sardos la carta real, con fecha 15 de noviembre de 1625, en la que Felipe IV pide al reino la disponibilidad para armar un contingente de soldados en el ámbito de la Unión de Armas. La reunión extraordinaria de los estamentos conforme a las instrucciones del conde-duque registra una gran participación de la nobleza más encumbrada. En Cerdeña el clima político no está saturado de recelo ni de resentimiento como en los demás reinos de la Corona de Aragón. En laProposición a los tres Estamentos del Reyno de Sardeña, don Luis Blasco, enviado de Olivares y que dirigía la secretaría de Cerdeña en el Consejo de Aragón al faltar un regente sardo, propone en todo y por todo el proyecto de la Unión de armas, afirmando: «Si hazemos un mismo cuerpo, la ofensa de qualquiera de las partes dél la ha de reparar y castigar esta unión». El enviado de Madrid sabe tocar la fibra sensible del sentimiento de pertenencia de las principales familias nobles, al evocar su antiguo origen catalán o valenciano. Como sabe también estimular su callado orgullo, evocando una edad de oro de la Monarquía hispánica que empieza con los reyes de Aragón, después de que Cerdeña pasara por la edad de hierro de cartagineses, griegos, romanos, vándalos, los cuales destruyeron ciudades y persiguieron a los católicos. Todo ello sirve para reavivar la nunca sosegada sensibilidad unionista de la nobleza sardo-catalana y para exaltar los valores fundamentales de la Monarquía católica. Las promesas de recompensas honoríficas y de empleos militares harán lo demás. El rey no solicita una ayuda económica de parte del reino, sino solo que «vaya gente dél a comerse en su exército lo que avía de gastar aquí […] no le queda a Sardeña que desear sino haver suplicado a su Magestad lo que nos propone, para que igualara la inteligencia de este Reyno con su fidelidad, y amor: que merece bien el socorro de veynte mil infantes, y quatro mil cavallos pagados, de la gente con que servirán los otros Reynos, quando en este entrase la guerra».

“Para los reales exércitos de su magestad”: la aportación de la nobleza sarda a las guerras de la monarquía hispánica (1626-1652) / Manconi, Francesco. - In: DIRITTO@STORIA. - ISSN 1825-0300. - 9(2010).

“Para los reales exércitos de su magestad”: la aportación de la nobleza sarda a las guerras de la monarquía hispánica (1626-1652)

Manconi, Francesco
2010-01-01

Abstract

En marzo de 1626, se les da conocer a los sardos la carta real, con fecha 15 de noviembre de 1625, en la que Felipe IV pide al reino la disponibilidad para armar un contingente de soldados en el ámbito de la Unión de Armas. La reunión extraordinaria de los estamentos conforme a las instrucciones del conde-duque registra una gran participación de la nobleza más encumbrada. En Cerdeña el clima político no está saturado de recelo ni de resentimiento como en los demás reinos de la Corona de Aragón. En laProposición a los tres Estamentos del Reyno de Sardeña, don Luis Blasco, enviado de Olivares y que dirigía la secretaría de Cerdeña en el Consejo de Aragón al faltar un regente sardo, propone en todo y por todo el proyecto de la Unión de armas, afirmando: «Si hazemos un mismo cuerpo, la ofensa de qualquiera de las partes dél la ha de reparar y castigar esta unión». El enviado de Madrid sabe tocar la fibra sensible del sentimiento de pertenencia de las principales familias nobles, al evocar su antiguo origen catalán o valenciano. Como sabe también estimular su callado orgullo, evocando una edad de oro de la Monarquía hispánica que empieza con los reyes de Aragón, después de que Cerdeña pasara por la edad de hierro de cartagineses, griegos, romanos, vándalos, los cuales destruyeron ciudades y persiguieron a los católicos. Todo ello sirve para reavivar la nunca sosegada sensibilidad unionista de la nobleza sardo-catalana y para exaltar los valores fundamentales de la Monarquía católica. Las promesas de recompensas honoríficas y de empleos militares harán lo demás. El rey no solicita una ayuda económica de parte del reino, sino solo que «vaya gente dél a comerse en su exército lo que avía de gastar aquí […] no le queda a Sardeña que desear sino haver suplicado a su Magestad lo que nos propone, para que igualara la inteligencia de este Reyno con su fidelidad, y amor: que merece bien el socorro de veynte mil infantes, y quatro mil cavallos pagados, de la gente con que servirán los otros Reynos, quando en este entrase la guerra».
2010
“Para los reales exércitos de su magestad”: la aportación de la nobleza sarda a las guerras de la monarquía hispánica (1626-1652) / Manconi, Francesco. - In: DIRITTO@STORIA. - ISSN 1825-0300. - 9(2010).
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Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/11388/261724
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